Artículo publicado en Mundo Obrero Emmanuel Macron resultó vencedor en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales e iniciará su segundo mandato al frente de la República Francesa por otros cinco años. Con el 58,54% de los votos el Presidente saliente se impuso a la candidata Marine Le Pen, quien en su segundo intento de asalto al Palacio del Elíseo logró un 41,46% de apoyos, lo que supone el mejor resultado de la historia para la extrema derecha francesa. A pesar de la victoria, Macron no debería estar muy contento. Lo ajustado del escrutinio ha demostrado que los miedos de buena parte de la sociedad francesa no eran infundados y evidencia la profunda crisis social y política que atraviesa el país vecino. En este sentido, hay varios elementos que arrojan serias dudas de que esta victoria pueda traducirse en un apoyo real del electorado a las políticas impulsadas por el presidente de los ricos durante este primer quinquenato. Por ejemplo, la histórica tasa de abstención (28,3%)