Martes, 10 de octubre. Pasamos la noche durmiendo al aire libre y despertamos al amanecer con el canto del gallo. Tenía mis reservas... pero descansamos mejor que nunca. Allá donde fueres, haz lo que vieres.
Después de desayunar nos dividimos en varios grupos para empezar con otros proyectos pendientes de realizar durante este viaje. Una parte del grupo se fue a revisar los huertos comunitarios que AMAL Esperanza puso en marcha aquí hace unos años siguiendo el iniciativa Apadrina un huerto iniciada en el campamento de Auserd en 2011. Desde el año pasado, en Dajla son 25 los huertos gestionados por familias locales, que en su mayoría han sido patrocinados por gente de El Puerto a titulo personal, instituciones, organizaciones etc y sirven de sustento para la alimentación de la población local, porque a pesar de que cada huerto pertenece a una familia, la producción se suele compartir entre la gente del barrio.
Otra parte del grupo visitó un par de guarderías del campamento con el objetivo de planificar sesiones de trabajo para tratar de diagnosticar a niños y niñas con algún tipo diversidad funcional, para poder detectarlas a tiempo y hacerles un seguimiento desde el Centro de Atención Infantil Temprana que AMAL Esperanza inauguró frente al Hospital Regional hace justo un año. Allí trabaja Fatma, profesora de educación especial formada en Cuba y contratada durante todo el año por AMAL Esperanza.
Este grupo también visitó el contenedor que AMAL Esperanza envío en el mes de abril y que servirá de base para empezar la reconstrucción del edificio comunitario de Bir Nzaran.
Yo volví con los restantes al hospital para continuar con los trabajos del quirófano. Así que mientras los cooperantes de La Vicuña daban los últimos retoques al material, me dediqué a pintar la que será la nueva sala para el postoperatorio. Como de costumbre, se dice muy rápido pero... Dejamos media sala pintada y rascada casi toda la otra parte.
Por la tarde dejamos a la mayor parte del grupo terminando los trabajos de pintura en el hospital mientras nosotros nos dirigíamos a un encuentro con la dirección de la UJSARIO en el campamento. Conocía a la UJSARIO porque es una organización hermana de la UJCE, y tenía mucho interés en poder charlas abiertamente con ellos. La reunión me permitió conocer directamente la realidad de la juventud saharaui en el campamento de refugiados, sus preocupaciones, sus necesidades etc.. y como la UJSARIO trata de de responder a una situación tan peculiar sin olvidar su causa principal: la vuelta de su pueblo a su país.
Pero claro, hablamos de unos/as jóvenes refugiados de tercera generación, que han nacido en los campamentos de refugiados, que solo conocen su país a través de las historias de sus padres y abuelos, y que se encuentran ante un horizonte que les hace imposible desarrollarse como persona. Desde la UJSARIO lo reconocen, son conscientes de que muchos/as jóvenes tienen prioridades vitales que necesitan cubrir en su día a día, algunas tan básicas como la formación y el ocio, y la lucha por la causa queda relegada a un segundo o tercer plano.
También tuvimos tiempo para analizar la situación internacional en torno al Sáhara Occidental, las posibles opciones que tiene el POLISARIO sobre la mesa. Una situación tremendamente compleja, en la que participan muchos actores internacionales con sus propios intereses, desde EEUU, Francia, y por supuesto Marruecos, Argelia y España.
Acabamos el día como viene siendo habitual, con una cena en grupo antes de irnos a dormir. Y como la experiencia de dormir al raso la noche anterior salió bien ¿por qué no repetirla? Mañana: más trabajo.