Publicado en El Puerto Actualidad
Desde hace varios días se está moviendo por redes la etiqueta #SinGarzónNoHayDebate como respuesta a la celebración de debates electorales excluyendo a Alberto Garzón, candidato de la candidatura de Unidad Popular - Izquierda Unida a la presidencia del gobierno.
Primero fue este lunes en el debate organizado por El País al que invitaron a los candidatos de PSOE, Podemos y Ciudadanos. En el buque insignia del grupo PRISA debieron pensar que era mejor dejar el atril vacío correspondiente al Partido Popular a causa de la alergia a los debates políticos que sufre Mariano Rajoy, antes que darle espacio a Alberto Garzón y sus ideas. La segunda ocasión será el llamado debate decisivo que organiza Atresmedia (Antena 3, LaSexta, OndaCero) y que se celebrará el próximo sábado de nuevo entre los candidatos de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos.
Recuerdo que por mis primeros años de militancia (allá por 2004-05) ver a alguien de Izquierda Unida en la televisión era algo fuera de lo común. No nos lo podíamos perder. Era la época de oro de la apisonadora bipartidista de PP y PSOE y nunca se sabía cuándo sería la próxima vez. Parece que nos dirigimos a aquellos años, ahora por la tiranía del share y la política espectáculo.
Entender que El País, laSexta, Antena 3 o Telecinco son propiedad de grandes empresas de comunicación movidas por enormes intereses económicos y políticos ayuda a entender estas situaciones, pero aún así, sigue llamado la atención la facilidad con que se excluye al representante de una candidatura que cuenta actualmente con 11 diputados/as en el Congreso y 1.700.000 votantes detrás y, además, es el más valorado según varias encuestas.
Todavía es más chocante si revisamos la instrucción que la Junta Electoral Central emitió en 2011 "en lo relativo a las garantías de respeto a los principios de pluralismo, igualdad, proporcionalidad y neutralidad informativa por los medios de comunicación en periodo electoral". En el punto dos del apartado séptimo de la sección II, referente a los medios de comunicación de titularidad privada, especifica que:
En particular, las televisiones privadas, durante el periodo electoral, deberán respetar también los principios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales, así como en la información relativa a la campaña electoral que decidan realizar, como establece el citado artículo 66.2 de la LOREG.
El apartado octavo de esta instrucción está dedicado exclusivamente al principio de proporcionalidad que debe regir en las televisiones privadas en periodo electoral. Dice así:
1. La información dedicada específicamente a la campaña electoral que decidan realizar las televisiones privadas deberá responder, además de a los principios de pluralismo, igualdad y neutralidad informativa, al principio de proporcionalidad, entendido éste en el sentido de que su tratamiento deberá atender preferentemente a los resultados obtenidos por cada formación política en las últimas elecciones equivalentes, sin que dicho criterio impida proporcionar otra información sobre aquellas candidaturas que no se presentaron o no obtuvieron representación en las últimas elecciones. En cualquier caso, éstas últimas candidaturas no podrán recibir una cobertura informativa mayor que las formaciones políticas que obtuvieron representación en las últimas elecciones.
2. Corresponde a los órganos de dirección de las televisiones privadas decidir libremente sobre la oportunidad de organizar o difundir entrevistas o debates electorales, pero de hacerlo deberán tener particularmente en cuenta los resultados obtenidos por cada formación política en las últimas elecciones equivalentes. En el caso de que un medio decida emitir un debate entre los dos candidatos que obtuvieron mayor número de votos en las últimas elecciones equivalentes, deberá emitir otros debates bilaterales o plurilaterales, o proporcionar información compensatoria suficiente sobre los demás candidatos que también hayan conseguido representación en las últimas elecciones equivalentes.Como decía, no es novedoso que se trate de excluir a Izquierda Unida de los espacios de debate en periodo electoral. Somos una fuerza pequeña pero con una apuesta nítida por la ruptura democrática y el inicio de un proceso constituyente para construir un nuevo país, lo que incomoda a quienes tratan de mantener un debate político que no cuestione el status quo del régimen actual (Monarquía, Constitución del 78, UE y OTAN) y más aún si tenemos un candidato que plantea reflexiones como las que acompañan este artículo.
Quizás nuestro peligro puede no ser cuantitativo, pero siempre será un peligro cualitativo.