Bretaña vive unas semanas de efervescencia social, política y económica. Las consecuencias de la crisis económica han ido generando un malestar entre la población bretona que ha ido germinando lentamente hasta provocar el estallido social que vive la región (y que tiene bastante preocupado al gobierno francés), con la propuesta de ecotasa como elemento catalizador de las protestas (aquí un ejemplo, otro, y otro), y la fuerte movilización vista el sábado en Quimper como último ejemplo.
En torno a 30.000 personas se dieron cita en esta ciudad del oeste de Bretaña en una movilización que ha contado con un tremendo apoyo, desde la patronal bretona, hasta fuerzas de todo el arco político, la derecha, fuerzas autonomistas de la región, el NPA o el Sindicato Force-Ouvrière. Al mismo tiempo, en Carhaix, los sindicatos CGT, FSU y Solidaires, con el Frente de Izquierda y los Verdes, conseguían movilizar a otras 3.000 personas en defensa del empleo.
Pero esta marea de personas desfilando entre banderas bretonas y utilizando símbolos históricos del autonomismo bretón como los bonnets rouges no debe hacernos perder profundidad en el análisis. Desde hace unos meses el cierre de empresas y los despidos masivos se suceden en el principal motor económico bretón, el agroalimentario. Como solución a esta situación, la patronal bretona parecer haber tomado el camino de la reivindicación frente al estado central para tratar de erigirse en la defensora del empleo en la región y esta manifestación le ha venido muy bien a sus fines. Como de costumbre, y de esto sabemos mucho en España, la burguesía ondea la bandera de las diferencias regionales cuando ve peligrar sus negocios.
A pesar de todo la movilización de Quimper es un gesto a tener en cuenta. Bajo el lema Decidir, trabajar y vivir en nuestro país es innegable que allí se reunieron una gran masa de personas, agricultores, transportistas, patronal, empresarios, trabajadores de la industria agropecuaria, cargos públicos bretones etc... con reivindicaciones que iban desde la consigna general en defensa del empleo en la región y la supresión de la ecotasa, a una mayor autonomía con un fuerte componente regionalista, luchar contra el dumping social, protestar contra el gobierno central etc. En definitiva, fue un grito identitario difuso, pero el primero en mucho tiempo.
A continuación, algunas de las imágenes de la jornada recogidas por los medios: