El Nuevo Partido Capitalista (NPA) ha tomado posición respecto a la situación Siria a través de un sorprendente comunicado en el que analiza brevemente el conflicto en este país. He decidido traducirlo al completo porque el contenido resulta tremendamente chocante. En mi opinión, es un análisis cuanto menos peculiar de la cuestión siria, más próximo a las tesis americanas que a las de un partido de la izquierda revolucionaria, además de tener bastantes lagunas. A continuación tenéis la traducción completa al castellano:
El régimen de Bashar al-Assad continúa subiendo el nivel de las masacres que organiza contra su propio pueblo. Así, los recientes bombardeos en zonas civiles cerca de Damasco, utilizando armas químicas, colma nuevamente de horror y rabia frente la hipocresía de las grandes potencias que realizaron estos crímenes contra la humanidad. El NPA vuelve una vez más a garantizar al pueblo sirio insurrecto toda su solidaridad y su admiración ante su determinación de derrocar un poder indefendible desde cualquier punto de vista.
Denunciamos la complicidad directa de los gobiernos de Rusia e Irán que animan los crímenes de Al-Assad. Sin embargo, reiteramos que las principales potencias occidentales, al negarse a entregar las armas que demandan desde hace muchos meses las estructuras colectivas de lucha [sic] que ha adoptado este pueblo también tienen una gran responsabilidad en perpetuar el régimen asesino, al tiempo que contribuye al desarrollo de las corrientes religiosas oscurantistas que constituyen un segundo enemigo mortal para el pueblo sirio.
Ahora, los EE.UU, Francia y Gran Bretaña anuncian su intención de intervenir directamente en el conflicto mediante bombardeos selectivos. Rechazamos totalmente esa política en la que el presidente Hollande participará sin consulta democrática. En efecto, sólo puede tener efectos negativos frente a un régimen criminal y aventurero, que podría multiplicar su propaganda internacional y, finalmente, aumentar el sufrimiento en Siria. Corresponde al pueblo sirio liberarse, con toda la ayuda internacional, pero sin las maniobras necesarias y las intervenciones directas de los estados que defienden antes que nada sus propios intereses.
Frente a un poder que ha acabado con todas las vías de acuerdo, el pueblo sirio y sus representantes que luchan por la democracia, la justicia social y la dignidad nacional con el respecto de todos sus sensibilidades no podrá transigir en la caída del clan Bashar al-Assad y el rechazo de cualquier tutela extranjera.