Mañana domingo se celebrará la primera vuelta de las elecciones parciales a la Asamblea Nacional en tres departamentos franceses: Hauts-de-Seine, Val-de-Marne y Hérault, un proceso electoral está pasando desapercibido para el gran público. El principal foco de interés se sitúa en el posible castigo que reciba el Partido Socialista tras sus cinco meses en el gobierno y en el posible ascenso del Frente Nacional.
El partido de Marine Le Pen es el mejor preparado para estas elecciones. Sus principales rivales están a otra cosa: el PS está demasiado preocupado en sus tareas de gobierno, la UMP está rota en dos después del resultado del último congreso que eligió a Jean-François Copé nuevo Presidente del partido entre acusaciones de fraude -sobre esto hablaré la semana que viene en Hablando República-, y al Frente de Izquierda no se le espera.
Esto, unido a la gestión de la crisis económica que está realizando el gobierno del PS, al empeoramiento de la economía francesas estos últimos meses y la tradicional baja participación en este tipo de elecciones, colocan a esta formación de extrema derecha en buena posición para avanzar en estos departamentos, sobre todo en Hérault, y fortalecer su posición en la Asamblea Nacional.
En la actuliadad el Frente Nacional cuenta con dos diputados en la Asamblea, gracias principalmente al PS que rechazó en varias ocasiones el acuerdo ofrecido por el Frente de Izquierda para presentar listas comunes en aquellas circunscripciones en peligro de caer en manos de la extrema derecha. Dependiendo de los resultados de estas parciales el FN podría afianzar su grupo de diputados en la Asamblea Nacional.