Así se titula un interesante artículo aparecido en Rue89 hace unos días. En el mismo se recogen algunos datos que maneja el Partido Socialista francés de cara a las legislativas de junio y que les hace pensar en la posibilidad de no controlar la Asamblea Nacional los próximos cinco años, con todos los problemas que eso conlleva.
Las elecciones legislativas son mucho más imprevisibles que las presidenciales. Están en juego 577 circunscripciones que enfrentan a más de 6.000 candidatos/as. Carisma personal, alianzas de geometría variable, disidentes, listas alternativas y la alta abstención prevista... Todo contribuye para que haya dudas sobre los resultados. A pesar de todo la izquierda tiene todas las papeletas para obtener la mayoría en la asamblea, la duda es con qué relación de fuerzas entre sus componentes (PS, EELV, FG).
Estas legislativas serán las primeras que se realizarán con el nuevo mapa electoral realizado en 2009 por la UMP y que causó gran polémica. En total 330 circunscripciones fueron redibujadas, 33 fueron eliminadas y otras 33 son de reciente creación, de ellas 11 para los franceses residentes en el extranjero. Nadie tiene claro el impacto de estos cambios.
Otro motivo de preocupación es la corta victoria de François Hollande en las presidenciales, mucho menor de lo que todos se esperaban. Además, según una encuesta publicada hace unos días solo el 53% de los franceses se muestran favorables a su gestión. Todo ello no ayuda a pensar que vaya a haber una ola rosa en la Asamblea Nacional.
Sin embargo el PS puede verse favorecido por los 'triangulares' entre PS-UMP-FN en muchas circunscripciones durante la segunda vuelta. Extrapolando los resultados de la primera vuelta de las presidenciales a las legislativas Marine Le Pen alcanzaría la segunda vuelta en 353 circunscripciones, sería la más votada en 23 de ellas y la segunda más votada en otras 93.
Conscientes de esta realidad los dirigentes socialistas han hecho todo lo posible por asegurarse el control de la futura Asamblea, por ejemplo, no firmar un acuerdo con el Frente de Izquierda que buscaba dejar fuera de la Asamblea al FN. Jean-Luc Mélenchon acusó directamente a Martine Aubry, Secretaria Nacional del PS, de haber tumbado el acuerdo por intereses partidistas.
Tampoco están muy contentos en EELV. A pesar de tener 63 circunscripciones aseguradas gracias al acuerdo firmado con el PS hace meses han visto como aparecían una veintena de candidatos disidentes socialistas dispuestos a enfrentarse con ellos.
El artículo finaliza lanzando una interesante hipótesis: parece que la dirección socialista esté buscando sacrificar una mayoría amplia de las fuerzas de izquierda por una mayoría más pequeña pero con más diputados del PS y por tanto, más controlable.
Artículo original en Rue89.com