Hoy el fascismo se ha dejado ver en El Puerto. Como se suele decir, han corrido ríos de tinta -digital- desde que los ultracatólicos de Hazte oír, VOX y su tropa neofascista eligieran nuestra ciudad para su primer gran acto público en la provincia de Cádiz: un evento titulado “La rebelión cívica. Ante la dictadura de género y la ley mordaza LGTBi”. A pesar de que han sido pocos y seguro que la mayoría eran de fuera, la cuestión es grave y tenemos que ser conscientes de ello.
En un primer momento eligieron para hacerlo el Centro Cívico Augusto Tolón, pero se toparon con la negativa del Ayuntamiento a ceder el espacio municipal para un acto que “atenta contra la dignidad de las personas y la diversidad sexual” y que, además, contravenía el contenido de una moción propuesta por Izquierda Unida hace unos meses y apoyada por todos los grupos municipales -salvo el Partido Popular- en la que se deja claro que el Ayuntamiento de El Puerto se manifiesta “contrario a la difusión de cualquier mensaje de odio por orientación e identidad sexual y expresión de género e impedir la difusión en la medida de las competencias municipales, de este tipo de mensajes”.
Finalmente han realizado su acto homófobo en la Plaza Peral, frente al Ayuntamiento, tras la negativa del Hotel Bodega Real a acogerles en sus instalaciones por “la controversia social que genera el contenido de estos encuentros con fuerte contenido político e ideológico”. La verdad, me resulta curioso que hayan podido conseguir la autorización de Subdelegación del Gobierno tan rápido, teniendo en cuenta que el hotel canceló el acto el día antes. Normalmente no es así. Suerte, supongo.
Como digo, han sido pocos pero tenemos que ser conscientes de la amenaza. El fascismo de nuevo cuño se ha visto con fuerza para salir a las calles de nuestra ciudad a lanzar su diatriba homófoba y reaccionaria a cara descubierta. Afortunadamente allí estaba la gente decente de El Puerto, dispuestas a combatir los discursos de odio y plantar cara quienes se autodenominan “defensores de la familia” y “patriotas”, que se esconden tras una homilía engañosa, victimista, y que no dudan en arrogarse la defensa de los valores democráticos frente a los “antisistema”.
Al fascismo no se le discute, se le destruye, aquí no caben medias tintas. Ayer El Puerto estuvo a la altura de las circunstancias, con dignidad y orgullo, dejando claro que en nuestra ciudad no se permitirán discursos que fomenten el odio entre las personas ni discrimen por razón de sexo, género, raza o religión, que no tienen hueco ni en los espacios municipales ni en la calle.